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AHOGO

 A veces siento que estoy en el medio de un mar, ahogándome, y no hay nadie que me tire un salvavidas. Otras veces, esto no es solo un sentir: es una certeza. Y entonces entiendo que, si no ahogarme, tengo que aprender a nadar.

INMENSIDAD

 La inmensidad se  extiende en mis ojos como el mar, sin orillas.  Como el cielo azul e infinito. Como el viento y la brisa que danza por mi cabello. Hay algo en la inmensidad que me hace sentir pequeña, pero también infinita.  Me pierdo en su grandeza, pero al mismo tiempo me encuentro en ella.  Soy tan pequeña como un grano de arena y tan inmensa como el cielo reflejado en el mar. ¿Cuántas veces he sentido que me ahogo en mis propios sentimientos? Y aun sigo aquí, respirando la inmensidad y sintiéndome parte de ella. La naturaleza no le teme a su grandeza, entonces ¿Por qué habría de temer yo?. En cada ola que rompe en la orilla o en cada hoja que cae en otoño descubro que todo tiene un ciclo, que todo fluye. Así que me entrego a la inmensidad, caminando en la arena mientras las olas borran mis huellas, recordándome que siempre puedo volver a empezar. Porque la inmensidad no es solo lo que me rodea, sino también lo que llevo dentro.

SOSTENER

¿Cómo se encuentra consuelo cuando ya no se en que creer? Hay días en los que parece que todo esta en mi contra, y no es como en los dibujos que veía desde niña, donde alguien viene a salvarte.  Hay días en que todo lo que me pesa me atropella y no me queda mas fuerza para levantarme. Me siento agotada de esperar una solución, de sostener todo sin que nadie me ayude a cargar.  Me gustaría que alguien, aunque sea por un momento, pudiera ver lo que llevo dentro y darme un poco de paz.

SOLEDAD

 Me cuesta mucho la soledad, pero inevitablemente siempre me encuentra. A veces dudo en  si soy yo el problema. Estoy sola en mi casa y los pensamientos me invaden como una tormenta dejándome sin refugió y no se como hablarlo, no se con quien hablarlo. ¿Por que me hace tanto daño que nadie me elija? .. que nadie se preocupe. Me muestro como una persona independiente y que elije estar sola, pero el trasfondo me angustia. Hay días en los que estar sola me ayuda, me acomoda y me hace sentir más fuerte y me da el poder de  disfrutar de la música y un buen café. Hay otros en los que me hace salir de riendas y el silencio de la casa parece ser más fuertes que mis pensamientos y me pesa como una roca. ¿Aprenderé algún día a estar sola?  Tal vez, un día, aprenda que la soledad no siempre es enemiga, sino una compañera que me muestra quien soy realmente.

LA ULTIMA VEZ QUE TE VI

La última vez que te vi, no pude decir nada. Cómo si alguien me hubiera despojado de todas mis palabras. Cómo si me encontraba en un abismo, en el que nada entendía. Solo te mire, y no podía sacarte la mirada. Salí de la habitación y la angustia se apoderó de todo mi cuerpo, solo podía llorar y me fui. Sin decir nada.  Sin saber que iba a ser la última vez que te vi. Y no pude decir nada. 

Hola!

 Hoy es el último día del año. Momento en que la mayoría suele expresar por medio de alguna red social el balance del año, pero no tengo ganas de hacer eso. En realidad, no se de que tengo ganas. 31 de diciembre del año 2024, son las 16:57, y aunque lo pensé por mucho tiempo, hoy decidí darme este lugar para poder plasmas mis pensamientos. ¿Por qué hoy? No lo sé. Quiza lo averigüe en el camino, o no. Y acá estoy, con la computadora entre las manos acostada en mi habitación, esperando a que pase el día (y la vida), mientras escribo lo que pienso.